Se puede aplicar la poda de hojas por varias razones, por ejemplo para hacer más finas las ramas o para reforzar (o debilitar) una rama específica con respecto al resto del árbol. Sea cual sea el objetivo, podar hojas es una intervención importante y sólo hay que hacerlo cuando un árbol está muy sano. Además, elegir el momento justo es muy importante. No hay una temporada fija para podar hojas, sino que el momento justo es cuando ya se han formado los nuevos botones pero todavía no se han endurecido para pasar el invierno.
La poda de hojas se puede aplicar a algunos tipos de árboles. Dónde se cortan las hojas depende del tipo de árbol: en árboles con pecíolos más largos, se poda toda la hoja y parte del pecíolo; en árboles con pecíolos cortos se corta solamente parte de la hoja. O sea, se deja intacto el pecíolo (Véanse imagenes 1 - 2 - 3).
Si hay una rama específica que se ha desarrollado menos, o más, que el resto del árbol, es posible frenar o acelerar el crecimiento por medio de una poda de hojas.
Si se poda solamente la rama, el resto del árbol crecerá más rápidamente; si se podan todas las ramas excepto la rama menos desarrollada, ésta se desarrollará más rápidamente.
Después de haber podado las hojas, es importante poner el árbol en un sitio con mucha luz pero sin sol ni viento, ya que se tiene que estimular la germinación.
Hay que mantener el árbol húmedo pero no mojado.
Como el árbol ha perdido muchas hojas se evapora menos agua, así que el árbol absorbe menos agua que de costumbre.
Por lo que el riego sera mas pausado que de costumbre
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